´Es más difícil ser vegano que ser gay` , afirma Portia de Rossi
- Écrit par Cris H. V - vivalebio.com
- Published in Zona V.E.P. (Very Ecological People)
Portada del número de verano de la revista VegNews, la actriz y activista gay confiesa sentir más intolerancia en su entorno por ser vegana que por ser lesbiana.
Ser vegano puede abrirte las puertas de los círculos más cool y selectos en algunas ciudades del mundo, o resultar tan natural como –casi- inevitable cuando se transitan con tiempo y coherencia los senderos de la lucha animalista. Pero aún en el año 2011 sigue conllevando una incómoda carga de chistes y bromas pesadas, preguntas absurdas, miradas pasmadas o compasivas, críticas abiertas, mordaces o sigilosas o pura y llana discriminación.
Al menos así lo vive la actriz y activista gay Portia de Rossi (la superdivina novia del abogado bailarín John Cage en Ally McBeal, hoy en Arrested Development ), protagonista de la portada de verano de la revista VegNews, en cuyas páginas comparte con los lectores algunos consejos y recomendaciones de gastronomía , ropa y vida vegana.
Combativa y carismática, De Rossi ha jugado también un papel esencial en la reciente victoria de la campaña por la aprobación de matrimonio gay en NY, contando entre sus fans incluso con algunas puritanas damas del ala oriental de la Casa Blanca , que siguen con bendito interés las andanzas solidarias del glamouroso tandem que forma con su mujer, la actriz y presentadora Ellen DeGeneres.
Pero hay un enemigo más temible en la vida de Portia que el ala más troglodita de cualquier Tea Party:´
´Es más difícil ser vegano que ser gay``, contesta sin dudar a la periodista que le plantea el dilema. Y no lo dice por la carrera de obstáculos que supone para todo vegano encontrar a diario comida, ropa, calzado, cosméticos y un largo etcétera de productos o actividades que no impliquen el uso, la explotación, el maltrato o la muerte de animales, sino por la intolerancia del mismo entorno.
´´Creo que la gente se siente más incómoda con una vegana a su lado en la mesa que con una lesbiana. Les hace sentirse confrontados, como si se les sugiriese que lo que ellos hacen está mal o equivocado, y les remueve la conciencia a un nivel más personal”, explica.
“ Si alguien está ahí sentado comiéndose un filete mientras te ve a ti comiendo polenta, siente como si estuvieras tratando de sermonearle o de convertirle de alguna manera… Mientras que siendo gay, a nadie se le ocurre pensar que tienes segundas intenciones. No piensan que por ser gay les estés tratando de decir: ´´Oye, mamá, que yo soy lesbiana y tú también deberías serlo!`` Aunque sí que es verdad que cuando le dije a mi madre que era vegana, empezó a cambiar sus costumbres.”