En estos dias, cientos de indígenas de varias tribus distintas se han manifestado en contra de la presa, advirtiendo de que, de ser construida, el río Xingú se convertirá en “un río de sangre” y que podría comenzar una “guerra”.
El pasado 2 de marzo, varios líderes indígenas de la Amazonia se manifestaron en Londres frente a la sede del banco de desarrollo brasileño BNDES, fuente de financiación de una gran parte del proyecto.
Según Sheyla Juruna, representante del pueblo indígena juruna de la región de Xingú, tanto la presa de Belo Monte como otras que están en proyecto en la Amazonia "causarán daños culturales, sociales y medioambientales irreversibles. Al invertir en las presas, BNDES está invirtiendo en la destrucción de la Amazonia. Se nos está tratando como a animales: todos nuestros derechos están siendo violados”.
El mes pasado un grupo de indígenas entregó una petición firmada por medio millón de personas aproximadamente a la nueva presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, en la que se la instaba a poner fin a este “desastroso” proyecto.
Hoy, lunes 14 de marzo, indígenas de la región del Xingú participarán en una gran expedición comunal de pesca como protesta contra Belo Monte.
"Hacen falta más permisos antes de que se pueda proceder a la construcción de la presa", añade Survival.