30.000 euros por torturar y matar a un animal
- Escrito por Cris H. V. - vivalebio.com
- Categoría: Opinión
De nada sirvieron las miles de peticiones de clemencia enviadas al Ayuntamiento de Tordesillas y al Gobierno Español por ciudadanos de todo el mundo. De nada sirvió el ofrecimiento de un conocido activista animalista de ser intercambiado por la víctima ni la desesperación de una joven que trató de contener a las masas sedientas de dolor ajeno con un spray anti-violadores. De nada sirvieron las encuestas que indican que un 75% de los españoles abominamos de esta barbarie...
El pasado 13 de Septiembre, ante el dolor, la rabia y la impotencia de miles de ciudadanos con conciencia, Afligido moría torturado a lanzazos, golpes y cortes provocados por todo tipo de objetos punzantes por una turba enfurecida en Tordesillas (Valladolid). Más de media hora se prolongó su agonía, que tuvo un desenlance especialmente cruento cuando, al no aparecer el responsable de seccionar su columna con una navaja, los presentes remataron la artística faena a golpe de destornillador.
En un país donde ningún político tiene el valor de prohibir esta oda a lo más oscuro del ser humano, nos queda el consuelo de encontrar voces como la de Julio Ortega Fraile, que, en su carta al verdugo de Afligido, expone lo que muchos no podemos ni expresar en palabras.
Esta misiva ya está circulando en muchos medios de comunicación. Ojalá lo haga en todos los del mundo.
Cris H. V, VivaLeBio Magazine.
Porque prohibir la violencia (y lidiar a un toro lo es) no significa atentar contra la libertad, sino protegerla
Llegan las lágrimas, la rabia y el rechazo. La negación pretende, a fuerza de repetida, transformar los hechos consumados, y la indignación ocupa su lugar cuando la certeza demuestra que deseo y realidad transitan por caminos divergentes. La tristeza y el enojo de los taurinos cobran forma estos días porque en otra comunidad española, y ya van dos, no podrán adquirir una nueva entrada para ver una corrida de toros. A las cinco en punto de la tarde la vergüenza de los ruedos tiene prohibido el paseíllo en Catalunya.
Foto: © Equanimal